El alumbramiento de Howl y Chihiro: los 77 años de Miyazaki
- Ágape Club Cultural
- 5 ene 2018
- 2 Min. de lectura
Sentarse a escribir y reflexionar sobre algunas cosas es complejo: uno termina dándose cuenta que el tema escogido es a veces demasiado extenso para abarcar todo lo que se desea, o, por otra parte, es demasiado complejo para saber sobre que hablar.
Así de extenso, o complejo es Hayao Miyazaki, el mejor animador de la historia de Oriente, y quizá uno de los más importantes y representativos para la cultura occidental también. Celebrando un año más de su natalicio, es preciso y precioso elogiar a uno de lo genios más importantes en la industria de la animación y el cine, además de revelar de una u otra forma ciertas cuestiones enigmáticas de su propia filmografía y vida personal.
Si bien es reconocido por su trabajo y la fundación de su principal joya, los estudios GHIBLI, Miyazaki empezó desde temprana edad a enfrentarse al mundo del cine y la televisión, así como de la animación y de los estudios y lecturas apasionantes y de corte infantil. De está manera, estuvo involucrado en series como "Heidi" o "Sally, la bruja", las cuales aportaron al genio imaginativo en potencia que se iba gestando en Hayao, además de acercarlo a grandes personalidades de la animación japonesa.
Es en 1971 donde inicia su carrera algo independiente, con su primera serie dirigida por él: "Lupin III". Sobre esta se marcaría un punto de inflexión importante, ya que, demostrando mucho de su dominio y manejo para las técnicas cineásticas y de animación, ayudará a que grandes productoras fijarán con él proyectos más ambiciosos. De ello salió en 1979 su primera obra prima del cine: "El castillo de Cagliostro", película que busca continuar con las aventuras de su personaje Lupin III.
Es así que forja, ya más enrolado en el mundo de la animación y el cine, la amistad con Isao Takahata, con quien, en 1985 fundarían los estudios GHIBLI.
A partir de ahí, la historia de Miyazaki es muy conocida, con grandes éxitos como "El castillo en el cielo", "Mi vecino Totoro", "Porco Rosso", "La princesa Mononoke", y su tan celebre y afamada, ganadora del Oscar en el 2002, "El viaje de Chihiro".
Aunque muchos critican su forma de creación libre, ya que no trabaja con un guión establecido, sino pone en marcha las ideas que tiene y sobre ellas escribe los diálogos; su peculiaridad de un trabajo a mano antes que una trabajo digital o computarizado para sus animaciones; o el establecimiento de una política "anticortes" o restricciones de partes o escenas de sus productos por las realizadoras, nadie puede negar la visión y el profesionalismo con el que trabaja para entregar sus películas que, más allá de verse o pensarse dirigidas para un público infantil, trastocan los valores universales y son degustadas por grandes y chicos, con el mismo sentimiento de infantilismo y novedad que transmiten.

Pd: Para ser un genio se necesita siempre un vicio. El suyo: los cigarrillos, ya que para poder explorar su inconsciente, como afirma él, necesita fumar de 30 a 40 cigarrillos diarios.
Comments