La iconografía gótica en Goya
- Ágape Club Cultural
- 24 oct 2017
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Si bien Francisco de Goya ha pasado por muchas etapas en su largo camino pictórico, en todas ellas se puede evidenciar un estilo cargado de ensombrecimiento gótico.
El español no dejó de lado uno de los principales motivos de su época, sino que supo maximizarlo en las expresiones más contradictorias pero a la vez básicas de su origen mismo: la religión. Así, en la pintura que se haya en la catedral de Valencia denominada "San Francisco de Borja y el moribundo impenitente" a simple vista podríamos apreciar la imagen cercana de un exorcismo, en el sentido complejo de su palabra, hacia un moribundo antes de caer, posiblemente por sus pecados, en las garras de los aedos del infierno. Pero, enfatizando algunos elementos pictográficos que nos muestra la pintura, evidenciamos que del propio crucifijo sale una luz que recae directamente en la figuras de las 3 bestias que consumen al hombre desde atrás, desde la oscuridad, pero que muy por encima de alterarse por aquel destello y alejarse del hombre, parecen disfrutar el momento de agonía que muestra el cuerpo casi rígido del hombre.
Además, a pesar de la apariencia tenebrosa de las figuras detrás del moribundo, éstas no se ven totalmente oscurecidas, dando énfasis a que el sentido luz-oscuridad no se enfatiza necesariamente con el de lo sacro y lo demoníaco; la lucha entre ambas fuerzas, vistas ahora no solo eclesiásticamente de luz-oscuridad, toma oro matiz, mostrando que el ser humano, hasta el final de su vida se encuentra en una constante lucha entre los demonios internos que se ocultan, no siempre en las sombras, sino en nuestro propio ser, y la eternidad social, representada como primera base fundamental por la iglesia.
Quizá Francisco de Goya, por las propias experiencias que pasó en su vida, se representa a sí mismo como expiador y pecador, aún habiendo vivido gran parte de su vida en la diáfana claridad.
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